La Terapia Gestalt es un enfoque psicoterapéutico humanista que se centra en la experiencia presente, la toma de conciencia y la capacidad de la persona de interactuar y responder a su entorno.
Busca que la persona pueda ser cada vez más consciente y trascender patrones fijos que le generan malestar, alineándose con sus recursos y necesidades actuales, restableciendo su potencial para el crecimiento, bienestar y plenitud.
El malestar o los síntomas psicológicos serían el resultado de ajustes, que en algún momento fueron necesarios para la protección o la supervivencia emocional y psicológica, pero que luego se volvieron rígidos, limitando nuestra experiencia y reduciendo la flexibilidad de nuestras respuestas.
¿Cómo funciona?
Durante las sesiones, los terapeutas gestálticos adoptamos una actitud empática, respetuosa y no juiciosa, buscando adentrarnos en el mundo del paciente y su percepción única de la realidad, co-construyendo con el/ella un espacio seguro donde explorar sus emociones, necesidades, creencias y patrones relacionales.
El trabajo se centra en:
Diálogo enriquecedor y colaborativo: los terapeutas nos involucramos activamente en el proceso buscando generar una comunicación auténtica y fluida, con una escucha atenta y presente, promoviendo la conexión emocional y la comprensión mutua.
Exploración de la experiencia en el presente: a través de propuestas experimentales, buscamos apoyar a la persona para que pueda darse cuenta de lo que hace y de qué forma, atendiendo y siendo consciente de sus emociones, pensamientos, sensaciones corporales y comportamiento.
La relación terapéutica: funciona como un laboratorio donde se pueden experimentar nuevas formas de relacionarse, generando nuevas posibilidades que luego pueden ser integradas a la vida más allá del contexto de la terapia.
¿Para qué sirve la Terapia Gestalt?
Este enfoque es útil para diversas dificultades, entre ellas:
- Ansiedad y estrés: Ayuda a tomar conciencia de los patrones que generan tensión, conectando con el cuerpo en el presente, reduciendo la preocupación y regulando el malestar.
- Depresión: Promueve el contacto con las emociones reprimidas y facilita la expresión de sentimientos bloqueados.
- Baja autoestima: Ayuda a identificar y desafiar las voces internas críticas y promueve la aceptación de aspectos rechazados.
- Dificultades en las relaciones: Permite explorar cómo nos vinculamos con los demás y trabajar en patrones relacionales nocivos, desarrollando habilidades de comunicación auténtica y estableciendo límites saludables.
- Duelo y pérdidas: Facilita la expresión de emociones relacionadas con la pérdida y trabaja con la resistencia a sentir el dolor. Ayuda a encontrar un nuevo significado y a integrar la pérdida en la historia vital.
- Trauma y experiencias difíciles: Facilita la integración de experiencias dolorosas mediante el trabajo con la experiencia presente y la conexión con el cuerpo.
- Crisis existenciales: Permite explorar cuestiones de significado, propósito y autenticidad. Fomenta la responsabilidad personal en la creación de una vida con sentido y alineada con los valores propios.
- Crecimiento personal: Favorece un mayor autoconocimiento y autenticidad, promoviendo la espontaneidad y creatividad, ayudando a las personas a conectar con sus necesidades y deseos reales.
Un proceso basado en la presencia y el contacto
La Terapia Gestalt no busca cambiar a la persona, sino acompañarla a reconocer y habitar su experiencia de una manera más plena y consciente. A través del encuentro con el terapeuta y el proceso de exploración, se abren nuevas posibilidades de estar en el mundo y en las relaciones.
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