La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es un enfoque especializado para el tratamiento del trauma y otras experiencias difíciles, desarrollado por la psicóloga Francine Shapiro. Su objetivo es ayudar a procesar recuerdos perturbadores y reducir su impacto emocional, permitiendo que las experiencias pasadas dejen de generar malestar en el presente.
A diferencia de otras terapias que se centran en la conversación, EMDR trabaja directamente con el sistema de procesamiento de la información del cerebro, ayudando a reorganizar los recuerdos de manera más adaptativa.
¿Cómo funciona?
EMDR utiliza la técnica de estimulación bilateral, que puede realizarse a través de movimientos oculares, toques alternados o sonidos. Esto facilita el procesamiento de la información y ayuda a que el cerebro reorganice recuerdos traumáticos de una manera más adaptativa.
EMDR no borra los recuerdos de los eventos vividos, pero permite que dejen de generar angustia y se integren de manera saludable en la historia personal, transformándose en experiencias que ya no interfieren en la vida cotidiana.
¿Para qué sirve EMDR?
EMDR es un enfoque eficaz para el tratamiento de:
- Trauma y trastorno de estrés postraumático (TEPT): Ayuda a procesar recuerdos traumáticos que generan síntomas como ansiedad, pesadillas o flashbacks.
- Ansiedad y fobias: Reduce la intensidad de miedos irracionales y patrones de ansiedad persistentes.
- Duelo y pérdidas: Facilita la integración emocional de la pérdida, disminuyendo el sufrimiento asociado.
- Experiencias Adversas de la Infancia: Permite procesar eventos difíciles que han impactado en la autoestima y las relaciones interpersonales.
- Autoestima y creencias limitantes: Ayuda a transformar pensamientos negativos sobre uno mismo, promoviendo una autoimagen más positiva.
¿Cómo es el proceso?
En un primer momento, profundizaremos en tu historia y luego nos enfocaremos en que puedas adquirir recursos y distintas herramientas que te permitirán sentirte más estable y afrontar el malestar de manera segura.
Una vez que hayamos localizado recuerdos específicos que te generan malestar, iremos trabajando con ellos de forma progresiva, explorando pensamientos, emociones y sensaciones corporales asociadas. A través de la estimulación bilateral, estos recuerdos comienzan a procesarse de manera natural y disminuye la intensidad emocional y el malestar.
El proceso se adapta a cada persona y respeta su ritmo. No se trata de revivir el trauma, sino de darle un nuevo significado y permitir que el sistema nervioso recupere su equilibrio.
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